miércoles, 26 de septiembre de 2012

Darwinismo Universal: del gen al meme, y vuelta



1. Introducción

La teoría de la evolución de Darwin, con sus ampliaciones posteriores a lo largo de los siglos XIX y XX, supuso una revolución en la forma de entender el fenómeno de la vida, no solo desde un punto de vista biológico, sino también una verdadera revolución filosófica comparable a la que produjo Copérnico a través de la Física. Así, Ruiz y Ayala nos dicen que “Darwin debe ser visto como un gran intelectual revolucionario que inauguró una nueva era en la historia cultural de la humanidad, una era que fue la segunda etapa y final de la revolución copernicana, que había empezado en los siglos XVI y XVII bajo el impulso de científicos tales como Copérnico, Galileo y Newton […] marcándo los principios de la ciencia moderna”[1].

Antes de nada, veremos cuales son las características principales de esta teoría darwiniana, en su moderna acepción presentada por Dawkins en su libro El gen egoísta[2] donde se presenta la evolución desde el punto de vista del beneficio del gen. Nos daremos cuenta que esta teoría darwiniana puede ser abstraida a una forma algorítmica, facilitando su implementación física en diferentes formatos, donde uno de ellos es el gen, pero no el único. Esto tiene profundas implicaciones filosóficas en las que profundizaremos. Nos centraremos entonces en el meme, la unidad de selección o replicante cultural, y su joven ciencia, la memética. Aclararemos aquí algunas ideas sobre lo que es y no es un meme, y trataremos las principales críticas que tanto filósofos como biólogos evolutivos, lingüistas, neurólogos y muchos otros pensadores de disciplinas que tienen que ver con el ámbito de la sociobiología o la biología evolutiva tienen que aportar. Se discutirán estas críticas y se darán perspectivas desde el punto de vista de la memética que ayudarán a esclarecer estas críticas, muchas veces en realidad pseudo-críticas, o bien basadas en programas metafísicos (religiosos, en su mayor parte) lejos de formar parte del debate filosófico moderno. Una vez tratadas las críticas dedicaremos una sección a argumentar que puede aportar la teoría memética a la comprensión de diversos campos del saber con respecto a las teorías “ortodoxas” provenientes de la teoría genética, como pueden ser las relaciones interpersonales y la sociología, el libre albedrío y la moral o el lenguaje. Por último, reflexionaremos sobre los efectos que los memes tienen sobre los genes cuando, y lo extrapolaremos al posible caso de la aparición de un tercer replicante y los efectos que este podría tener sobre la humanidad.

Este trabajo se centrará en defender, mediante argumentación filosófica, la teoría memética. Es por tanto un trabajo parcial, en el que tomo una postura definida a favor de una teoría que presenta muchos puntos débiles y que es, por tanto, fácilmente atacable. Achaco esta debilidad, como se verá en las secciones apropiadas, a la juventud de la teoría, que aunque ya ha tenido su Darwin (este no sería otro que Dawkins) y su Huxley (Blackmore, siendo esta la rottweiler de Dawkins[3]) necesita desarrollar todo su potencial y encontrar a sus Watson y Crick. Sin embargo, hago una apuesta argumentada por ella por su valor teórico-explicativo, por un lado, gracias a la abstracción y belleza del darwinismo universal, y por otro, a su valor empírico, dado el amplio rango de fenómenos que quedan cubiertos de mejor forma bajo el amparo de esta teoría que en teorías alternativas.

2 De Darwin al gen egoísta

En 1859 Charles Darwin publicó su revolucionario libro El origen de las especies donde relataba sus experiencias y teorías sobre la abundante variación de vida en la Tierra. Darwin observó que si se tienen criaturas que varían, y eso no se podía negar, porque había estado en las Islas Galápagos midiendo el tamañp de los picos y el tamaño de las conchas de las tortugas, etc; si existe la lucha por la vida, tal que casi todas las criaturas mueren, y esto tampoco se puede negar porque había leído a Malthus y calculado el tiempo que le tomaría a los elefantes cubrir todo el planeta si se reprodujeran sin restricción, etc. ; y si los pocos que sobreviven pasan a su descendencia aquello que haya sido lo que les ayudó a sobrevivir, y esto tampoco se puede negar porque había estudiado las semejanzan intergeneracionales y como se transmitían muchas características fenotípicas de padres a hijos, etc.; entonces esa descendencia debe estar mejor adaptada a las circunstancias en las que todo esto ocurrió de la que lo están sus progenitores[4]. Esta observación de Darwin supone la idea central de la teoría de la evolución y todavía sigue vigente en nuestros días. Sin embargo, a Darwin le faltaban muchos datos para completar el puzle de la evolución. El principal dato del que Darwin no disponía era el saber cual era la unidad de selección de la que estaba hablando.

No fue hasta los años 30 que se consolidaron la genética y la selección natural[5], hasta la década de los 40 cuando otras áreas de la ciencia se incorporaron a esta teoría conformándo lo que hoy se conoce como síntesis moderna, que luego evolucionó hacia la teoría neo-Darwinista. En los años 50, con el descubrimiento de la doble hélice por parte de Watson y Crick, el mecanismo por el cual las características genéticas se traspasaban de una generación a otra quedaba finalmente desvelado (aunque todavía habría, y hay, mucho que indagar sobre el significado de estos genes[6] y sobre su relación con el fenotipo).

En 1976, Richard Dawkins publica un libro donde, por un lado, resume todo el conocimiento darwinista hasta la época, y por otro, lo abstrae y le añade una interpretación particular. Para ello introduce el concepto del replicante. Un replicante es cualquier de la cual se pueden hacer copias. Los replicantes activos son los que tienen una naturaleza que afectan su probabilidad de hacer múltiples copias. Dawkins distingue entre los replicantes y los vehículos. Estos vehículos son entidades que interactúan con el entorno, y que transportan replicantes protegiéndolos. El replicante original fue presumiblemente una molécula simple con capacidad de autocopia en la sopa primaveral, pero nuestro replicante más famoso es la cadena de ADN. Sus vehículos son organismos y grupos de organismos que interactúan entre ellos y con el ambiente. Dawkins enfoca la atención de la evolución en el replicante, e identifica este con el gen que se encuentra dentro de cadenas de ADN. Toda la vida que vemos en la Tierra (y en cualquier otro sitio donde haya) no es más que vehículos diseñados para proteger, transportar y facilitar la copia de los genes. Donde quiera que surja, la vida evoluciona a partir del diferencial de supervivencia de entidades replicantes[7].

Desde un punto de vista filosófico, la teoría de la evolución de Darwin es en realidad al menos dos teorías. La primera de ellas es una teoría que explica la variedad y evolución de la vida que observamos en el planeta Tierra. Esta teoría por si sola ya es bastante impresionante, pero implícita en ella se esconde otra teoría más profunda, una teoría sobre la organización de información en el universo, sobre el azar, la complejidad, la entropía, el tránsito de estructuras simples a complejas y la explicación del diseño sin exhortar argumentos divinos. Por todo ello, no es extraño que el filósofo Daniel Dennett la ha calificado como “la mejor idea que cualquier persona haya tenido jamás”[8]. Supone una extraña inversión del razonamiento, ya que nos dice que para crear una máquina con una perfección y complejidad enormes no es necesario en ningún momento tener un creador, una consciencia de proyecto o un diseño teórico previo, sino que es suficiente con pequeños cambios graduales validados por el ambiente mediante ciertas reglas. Veamos más profundamente esta segunda teoría que llamaremos Darwinismo Universal en el siguiente capítulo.

3. Darwinismo universal: el replicante[9]

Empecemos este capítulo sobre el darwinismo universal profundizando en el concepto de replicante. El replicante tiene una definición demasiado vaga, siendo esta la de una entidad de la cual se pueden hacer copias[10]. Los replicantes pueden ser clasificados de dos maneras según a la característica que atendamos. Así, si atendemos a su capacidad de influir en la copia, tenemos replicantes pasivos y activos. En los primeros, su contenido no afecta de ninguna manera su probabilidad de ser copiados. Por el contrario, en los segundos, su contenido (su mensaje) afecta la probabilidad de ser copiados. Atendiendo a su capacidad de producir copias, podemos encontrarnos replicantes finitos y replicantes con copias como gérmenes[11]. Los segundos son los que tienen el potencial de poder iniciar una larga estirpe de descendientes. No se les garantiza evidentemente una descendencia infinita, pero existe el potencial de la misma. Si un replicante es pasivo, la realización de una línea descendente infinita es por azar, sin embargo, siendo activo, contribuye activamente a la realización de esta línea descendente. Un replicante con éxito presenta estas tres características[12]:

  • Longevidad: un replicante no dura eternamente, pero debe de durar lo suficiente para al menos ser copiado una vez. Mientras más tiempo exista el replicante, mayor es la probabilidad de que sea copiado y mayor es el tiempo que tiene para hacer más copias.
  • Fecundidad: un replicante necesita hacer un cierto número de copias para poder mantenerse como replicante, ya que con una tasa baja de copias es probable que desaparezca tras algunas generaciones. Mientras más copias pueda hacer un replicante, mayores posibilidades tendrá de replicar más rápido que otros replicantes con los que compite.
  • Fidelidad: un replicante necesita tener cierto nivel de fidelidad en la copia. Mientras más fieles sean las copias, más éxito tendrá el replicante. Sin embargo, son precisamente los errores en las copias los que hacen posible la evolución.

Existen compromisos entre estos tres atributos para un replicante de éxito. Así, a menudo un replicante tiene que “elegir” entre una mayor fecundidad y una mayor longevidad. Más copias juegan a favor del replicante, pero una alta longevidad significa más tiempo para hacer copias adicionales. El replicante debe encontrar equilibrios estables mediante estos tres atributos, de lo contrario se extinguirá. El replicante puede aliarse con otros replicantes para aumentar el valor de alguno de sus atributos. Estos conjuntos de replicantes (que Dawkins llama gen en el caso de la teoría darwiniana) pueden construir vehículos que también aumenten el valor de alguno de sus atributos. Son las características fenotípicas de estos vehículos interactuantes con el ambiente los que son evaluados desde el punto de vista de la selección natural. La selección natural usa los fenotipos como una manera de medir la selección de los mejores replicantes, que son los que se benefician realmente de las adaptaciones. De ahí el término egoísta dedicado al gen en el título de su libro, ya que son precisamente estos conjuntos de replicantes los que manejan el destino de la evolución. El término egoísta debe ser debidamente aclarado. No significa que los genes sean en sentido estricto egoístas, sino que los genes actúan exclusivamente movidos por su interés, es decir, su principal objetivo es poder ser pasados a la siguiente generación. Por supuesto, los genes no quieren o tienen voluntad o intenciones de la misma forma que las personas las tienen, solo son instrucciones químicas que pueden ser copiadas. Así que cuando decimos quieren o que son egoístas en realidad estamos usando un atajo para decir que los genes con tal o cual característica tienen una probabilidad más alta de pasar exitosamente a la siguiente generación.

Volvamos ahora a ver las características principales del libro de Darwin El origen de las especies vistas en el capítulo anterior. Darwin nos decía básicamente que si se tienen criaturas que varían, si existe lucha por la vida y si los que sobreviven pasan a su descendencia aquello que haya sido lo que les ayudó a sobrevivir, entonces esa descendencia debe estar mejor adaptada a las circunstancias en las que todo esto ocurrió de lo que lo están sus progenitores. Darwin no conocía el concepto de algoritmo, pero sin duda fue esto lo que describió.

SI existen criaturas que varían (y) -- variación
SI existe lucha por su vida/existencia (y) -- selección
SI los que sobreviven pasan a su descendencia aquello que les ayudó a sobrevivir -- herencia
ENTONCES
La descendencia debe estar mejor adaptada a las circunstancias en las que todo esto ocurrió de lo que lo están sus progenitores -- evolución

Hay varias cosas reseñables en este algoritmo. Lo primero a reseñar es la idea de que es un algoritmo, es decir, una serie de instrucciones y condiciones que, si se cumplen, necesariamente se va a dar la consecuencia. Solo se necesita que se den las características de variación, selección y herencia para que se de la evolución. Es por ello que la evolución se ha definido como diseño a partir del caos sin ayuda de la mente. Es una forma de realizar estructuras complejas con un método sencillo, sin diseñador, plan, visión o cualquier otra cosa. Este caracter necesario de la evolución es fundamental y representa un avance enorme con respecto a otras teorías filosóficas sobre la complejidad y el diseño (como por ejemplo, el argumento del diseño de San Agustin).

Lo segundo reseñable en este algoritmo es su universalidad. En ningún momento se ha dicho que a lo que nos estemos refiriendo sea a seres vivos terrestres. Darwin sin duda sí se refería a ellos, pero el algoritmo es igualmente válido si tratamos por ejemplo con seres vivos extraterrestres. Por muy raros que estos nos parezcan a nosotros, estos habrán surgido como consecuencia de procesos evolutivos generados mediante variación, selección y herencia.  Incluso podemos ir más alla y decir que estas criaturas de las que hablamos no tienen que ser nisiquiera seres vivos. Cualquier entidad que cumpla las características de variación, selección y herencia ejecutará el algoritmo evolutivo. Este algoritmo evolutivo es por tanto una abstracción físico-matemática (ley) del universo, que se refiere a como la información se puede autoorganizar en estructuras complejas a partir de estructuras simples sin necesidad de un creador. Este algoritmo universal, conocido como darwinismo universal, puede posteriormente ser instanciado por diferentes tipos de entidades. En el caso del darwinismo tradicional, esta criatura instanciadora pertenece a la categoría de ser vivo.

Lo tercero reseñable es la relación con el replicante. Efectivamente, como hemos visto en el punto anterior, necesitamos de una criatura instanciadora del algoritmo universal, y sabemos que en el caso de la teoría de la evolución de Darwin esta criatura tiene que ser algo relacionado con el ser vivo. Darwin sin embargo murió sin saber cual era esa unidad mínima de información del ser vivo que presentaba las características de variación, selección y herencia. No fue hasta mucho más tarde que se identificó esta criatura con el gen. Pero lo que en realidad se necesita como instanciador del algoritmo del darwinismo universal es un replicante, es más debe de ser un replicante activo y con la característica de copia-como-gérmenes, con un equilibrio entre fecundidad, longevidad y fidelidad de la copia. El equilibrio entre estas características y su interacción (directa o indirecta) con los mecanismos de selección del ambiente son los que hacen que en el replicante se aseguren las características de variación, selección y herencia. En el caso del darwinismo, el replicante es el gen.

4. El meme egoísta[13]

El término meme fue introducido por Richard Dawkins en su famoso libro El gen egoísta. Meme es la unidad menor de información sociocultural relativa a un proceso de selección que tiene un sesgo selectivo favorable o desfavorable que excede su tendencia al cambio endógena[14]. Dawkins, influenciado por el darwinismo universal y de su propia teoría de replicantes, se preguntaba si conocíamos de la existencia de otros replicantes en el universo. Para que algo pueda ser un replicante debe instanciar el algoritmo evolutivo visto en el capítulo anterior, cumpliendo las tres características de variación, selección y herencia. Para ello a su vez debe de poseer las características de longevidad, fecundidad y fidelidad de la copia con un cierto equilibrio entre ellas.

Los memes presentan variación (las historias, por ejemplo, rara vez se cuentan de la misma forma dos veces, no hay dos edificios que sean absolutamente idénticos, y cada conversación es única), y cuando los memes se pasan de una persona a otra, la copia no es del todo perfecta. Encontramos también la selección memética: algunos memes son fielmente recordados y pasados a otras personas, mientras que otros hierran en ser copiados en absoluto. Además, cuando los memes son copiados de una persona a otra existe una retención o herencia de algunas de las características principales de ese meme. Para ello, los memes deben presentar las características de longevidad (algunos memes como por ejemplo nuestro lenguaje materno nos acompañan durante casi toda nuestra vida), fecundidad (hay memes de los que se hacen miles o millones de copias, especialmente desde que existen los medios de comunicación en masa, por ejemplo, existen logotipos o marcas empresariales que son conocidas por la mayoría de los habitantes de este planeta, como Cocacola[15]), y por último fidelidad de la copia (donde podemos ver memes que varían esencialmente poco en mucho tiempo, por ejemplo ciertas palabras del idioma español no han variado en los últimos 800 años). Por tanto, dado que los memes son candidatos óptimos para ser replicantes, estos instancian el algoritmo evolutivo del darwinismo universal, es decir, son capaces de producir evolución.

Para la memética, el meme se comporta del mismo modo egoísta que lo hace el gen, es decir, los memes que tienen más exito son los que son capaces de propagarse más rápido a más gente en el menor espacio de tiempo, y los que permanecen más tiempo en las cabezas de esa gente. Del mismo modo que el gen era el replicante y el ser vivo el vehículo de ese replicante, en este caso el meme es el replicante y el vehículo de ese replicante es el cerebro humano. El meme compite por espacio cerebral en el cerebro de cada uno de nosotros, y para ello puede aliarse con otros memes para formar grupos de memes cuyo propósito es la más rápida difusión de ellos mismos y la mayor longevidad y fecundidad de ellos mismos.

Si el mecanismo de difusión del gen es la reproducción celular, el mecanismo de difusión del meme es la imitación. Cuando imitamos, algo se pasa de uno a otro. Este algo que se pasa una y otra vez de persona a persona toma una vida propia. Precisamente lo que nos hace diferentes a los humanos es la capacidad de imitar. Esta capacidad de imitar no es una burda capacidad de copiar, que otros animales presentan, sino una verdadera lectura de la intencionalidad del otro. Así, aprendemos a diferenciar, de todo lo que hace la otra persona, lo que es relevante para la intencionalidad que persigue. Si la otra persona por ejemplo está haciendo una figura de papel, descartaremos el hecho de que se rasque una oreja o se coloque los zapatos como parte relevante del proceso. También ajustaremos veces que haya doblado el papel y el mismo no haya quedado cuadrado justo en el medio, como pensamos que sería su intención. Es decir, cuando imitamos, no copiamos gestos, sino que copiamos instrucciones. Podríamos decir que al hacer esto estamos copiando información digital (en contraposición a información analógica) de la misma forma que se hace en los genes. La información digital, por su propia naturaleza, presenta un sistema autocorrector de errores mucho mayor que la analógica. Es por esto que la fidelidad de la copia alcanza tasas deseables en la imitación.

Sin embargo, no todos los pensamientos que tenemos son memes. Nuestros sentimientos y pensamientos inmediatos no son memes porque son exclusivamente nuestros, nunca vamos a poder pasarlos a otra persona.

4.1 Genética versus memética

Un punto que debe quedar claro es la analogía usa entre genes y memes. Hemos estado desde el principio viendo como los genes y los memes son replicantes, como pueden funcionar en ciertas ocasiones de la misma manera y como algunos conceptos de la genética pueden ser aplicables a la memética. La genética es una ciencia bastante desarrollada, con una brillante historia de descubrimientos y esfuerzos tras ella, y por tanto con una cantidad de conceptos, información y leyes ingente. Sería tonto no poder aprovechar todo lo aprovechable y tener que volver a reinventar la rueda con muchos conceptos meméticos. Sin embargo, esto tiene un límite. Realmente, lo único que comparten estos dos replicantes son que son instancias del algoritmo evolutivo, es decir, que presentan las características de variación, selección y herencia. Más allá de esto, habrá que ver en cada caso si la analogía se da o no. Por tanto, la evolución orgánica y la evolución cultural se asemejan bastante y lo hacen porque son sistemas evolutivos donde hay variación ciega en las unidades replicantes y herencia selectiva de algunas variedades en detrimento de otras. La analogía con las acumulaciones culturales no proviene de la evolución orgánica per se, sino más bien de un modelo general de cambio evolutivo del cual la evolución organica es una instancia[16].

Diversos modelos, sin embargo, han tratado de unificar y presentar con el mayor punto de analogía posible la relación entre la memética y la genética. Un ejemplo de ello lo podemos ver aquí[17]:
Entidad o proceso 
Biológico 
Memético
Ciencia
Lenguaje
Economía
Vehículo
Fenotipo
Femotipo (Feme)
Experimento u observación
Comportamiento lingüístico
Compañía o transacción
Replicante
Gen
Meme
Teoría o hipótesis
Elemento del lenguaje
Cuenta, recurso
Carácter
Fene
Feme
Método, resultado
Práctica lingüística
Práctica de negocios
Linaje
Especie, filo
Tradición, institución
Programa de investigación
Dialecto
Negocio, industria
Economía
Sistema ecológico
Cultura
Comunidad disciplinar
Comunidad lingüística
Sector de mercado 
Reproducción
Reproducción de organismos
Constitución de un nuevo perfil
Formación
Adquisición del lenguaje
Establecimiento de una nueva empresa
Individuo
Organismo, colonia
Individuo memético
Científico
Hablante
Agente económico
Substrato
Moléculas orgánicas
Redes neuronales
Código
Alfabeto del ADN
Semántico
Semántico y matemático
Gramática y vocabulario
Moneda
Medio de codificado
Aminoácidos, proteínas
Estructuras neuronales, prácticas
Estructuras neuronales, libros, instituciones, asociaciones
Estructuras neuronales, material escrito, grabado, etc
Estructuras neuronales, ordenadores, libros, recibos, ficheros bancarios, etc.


4.2 Crítica a la memética

La memética es una ciencia joven y todavía con muchas lagunas. En parte por esto, y en parte porque es una ciencia incómoda (en el mismo sentido que era incómoda la teoría de la evolución de Darwin). Es incómoda porque choca con la intuición, porque convierte nuestros cerebros en poco más que en receptáculos de memes (del mismo modo que la genética convierte nuestros cuerpos en receptáculos de genes), porque va contra ideas preestablecidas sobre la moral, el libre albedrío, el desarrollo del lenguaje y un largo etcétera de explicaciones tradicionales sobre la evolución cultural del ser humano. Presentaremos tres críticas comunes al concepto de meme[18][19], críticas que la memética admite.

4.2.1 No podemos especificar la unidad del meme

Es decir, no sabemos reducir e identificar el meme con una sola cosa, como podemos hacer con el gen. ¿Es un meme las primeras palabras del Quijote, o lo es el libro entero? Estoy inclinado a decir que las dos son memes. Sin embargo, el hecho de que no podamos encontrar (o que no lo hayamos hecho todavía, en el caso de que exista) la unidad memética, no significa que este meme no pueda cumplir las condiciones de variación, selección y herencia que debe cumplir[20].

4.2.2 No sabemos el mecanismo para copiar y almacenar memes

No, no lo tenemos[21]. El hecho de que hoy en día sepamos tanto sobre como funciona el ADN nos puede llevar a pensar que necesitamos el mismo nivel de comprensión para la memética, inmediatamente. No olvidemos el camino recorrido por la genética. En 1859 Darwin escribió su libro El origen de las especies. No fue hasta 1930 que la genética y la selección natural se fusionaron, y hasta los 40 que otras áreas científicas se unieron a su vez para dar lugar a lo que se conoce como síntesis moderna. Y no fue hasta la década de los 50 que la estructura del ADN fue descubierta. En el primer siglo de darwinismo, se avanzó muchísimo sin tener todavía la más mínima idea del control de la síntesis de proteínas o de que hacía el ADN. La memética se ha desarrollado como ciencia al final del siglo XX, por tanto le queda mucho camino por recorrer. Sin embargo, podemos decir que está en una mejor posición de la que estaba la genética en su época, principalmente gracias precisamente a la genética y al darwinismo. Darwin tuvo que enfrentarse, como ya hemos visto, a un doble problema. Tenía que explicar dos teorías, la teoría de la evolución en los seres vivos, y también el mecanismo por el cual se creaba complejidad sin diseñador. Actualmente solo tenemos que explicar una, porque la otra ya fue explicada y es lo que se conoce hoy en dia como darwinismo universal. Además, en la memética podemos aprovecharnos de todos los avances de la biología, la genética, la informática y la neurología con respecto a la comprensión del cerebro. Un gran candidato al almacenaje de memes es sin duda alguna parte de dentro del cerebro. Estudios sobre redes neuronales tanto en el campo de la informática como de la neurología nos muestran que los memes podrían ser consecuencia de estas mismas redes, donde se asignan pesos distintos a las conexiones sinápticas entre neuronas según estas se disparen al mismo tiempo o no. Esto va tejiendo un mapa de disparos que configura nuestro cerebro y hace que reproduzca y clasifique en cierto sentido el mundo exterior[22]. Como nos dice Blackmore, “una tarea importantísima de la ciencia memética será la de integrar la psicología de la memoria con un entendimiento de la selección memética”[23].

Con respecto al mecanismo de transmisión de memes, hemos visto que se hace mediante imitación. Sin embargo, estamos lejos de entender cómo funciona exactamente ese mecanismo de imitación en los cerebros. Pero sabemos que las acciones que son fácilmente imitables harán que se propaguen memes exitósamente y las que son difícilmente imitables no lo harán. Además, la transmisión efectiva de memes depende de manera crítica de preferencias humanas, como emociones, deseos o atenciones. Dicho de otra forma, de la psicología evolutiva. También por razones genéticas, nos atrae la atención el sexo, la comida, evitar el peligro y otra serie de cosas. La psicología evolutiva y la genética evolutiva ya nos ofrecen muchas explicaciones sobre las razones por las cuales algunos memes tienen más exito y otros menos.

Es cierto que no sabemos donde se almacenan y cómo se transmiten los memes, pero sin duda sí sabemos dónde empezar a buscar.

4.2.3 La evolución memética es Lamarckiana

Diversos autores critican la evolución memética como Lamarckiana, es decir, donde caracteres adquiridos a lo largo de su vida por el individuo pasan a su descendencia o bien horizontalmente a sus congéneres. Argumentan que una visión Lamarckiana de la evolución no tiene cabida, y que la evolución tiene que ser siempre darwiniana, esto es, horizontal. Sin embargo, hay dos potentes razones en contra de esta conclusión[24]. La primera es que la visión lamarckiana no está en contra del algoritmo evolutivo del que parte el darwinismo universal. Incluso con trazas de lamarckismo se puede asegurar la variación, selección y herencia de los replicantes. La segunda, quizás más importante, es que esta crítica denota un profundo desconocimiento de la teoría de la evolución, reduciéndola al funcionamiento macroevolutivo de grandes animales o plantas con reproducción sexuada. Sin embargo, hay muchísimos ejemplos de seres con transvase de información horizontal y características lamarckistas, como por ejemplo los virus, las bacterias, y muchas células que funcionan en nuestro interior. Evidentemente los memes no son como genomas de elefantes, pero esa crítica no se sostiene; tampoco el funcionamiento y transmisión de la información en las bacterias lo es y no por ello decimos que no es darwinista.

 

5. Casos prácticos: del gen al meme


Existen casos prácticos tradicionalmente estudiados desde el punto de vista de la genética o sus derivados (sociología evolutiva, psicología evolutiva, etc) donde el estudio desde el punto de vista del meme nos ofrece ventajas comparativas y un mayor entendimiento del asunto. Presentaremos tres casos, el primero tiene que ver con la religión, el segundo con la evolución humana (incluyendo el lenguaje o el desarrollo cerebral) y por último temas que tienen que ver con la consciencia, la creatividad, el libre albedrío y la moral[25].

5.1 Religión e información viral

La memética es conocida en la cultura popular por su tratamiento de la información viral. Como Dawkins originalmente expresó, las cadenas de cartas, los esquemas piramidales y los emails víricos son ejemplos de información que es replicada por su propio beneficio y no por el beneficio de los que hacen la copia. La estructura de todos estos virus es la misma: presentan una instrucción de auto-copia respaldada con amenazas y promesas. Esta es precisamente la estructura de las grandes religiones. El cristianismo y el islam, por ejemplo, presentan mecanismos efectivos para asegurar poder infectar a nuevas personas. Muchas religiones tienen mecanismos para asegurar que sus ideas centrales se perpetúen juntas en un paquete, y que ese paquete sea irrompible. Amenazas y promesas se usan para asegurar respeto al mensaje (el cielo, el infierno) o para evitar que la gente se desentienda del mensaje (pena de muerte para apóstatas en el islam, por ejemplo).

Si se usa la memética para el análisis de sistemas de creencias, esta sería capaz de hacer predicciones basadas en tratar a las religiones o sectas como sistemas parásitos que evolucionan en portadores humanos. Por ejemplo, sería capaz de predecir que trucos meméticos las religiones necesitan usar para sobrevivir en diferentes circunstancias, tales como la diferencia entre la transmision vertical (del judaísmo y el catolicismo) y la transmisión horizontal (de los cultos evangélicos). El poder del celibato podría ser visto como una manera de asegurar que el sacerdote emplee su tiempo propagando sus memes en lugar de sus genes. Otro ejemplo de propagador de memes en detrimento de los genes sería el de la figura del mártir, muchos de ellos muertos sin descendencia.

5.2 Evolución humana

La memética propone una forma completamente diferente de pensar en la evolución humana con respecto a otras teorías. La diferencia fundamental es que la cultura se considera no como una adaptación beneficiosa de los primeros homínidos y de sus genes, sino como un replicante parasitario de segundo nivel que apareció cuando nuestros ancestros fueron capaces de imitar. Desde entonces los dos replicantes evolucionaron juntos, tanto que los memes reestructuraron los cuerpos y cerebros humanos para que estos se convirtieran en máquinas mejores en la tarea de propagar los mismos memes que habían copiado. En esta visión, el punto de inflexión de la evolución humana no es el comienzo de uso de herramientas, o del lenguaje, o del simbolismo, sino el comienzo de una imitación con suficiente fidelidad para no perder los memes adquiridos. La inteligencia y el lenguaje son meras consecuencias de esta transición en vez de sus causas. Asumiendo que la característica de imitación requiera un mayor espacio en el cerebro, con el tiempo los humanos con más capacidad de imitación serían los exitosos para este nuevo replicante, favoreciendo así la expansión de cerebro que se produjo en nuestros ancestros.

Sin embargo, la diferencia con respecto a otras teorías es que en la visión memética, la dirección tomada por la evolución de los memes afecta a su vez a la evolución biológica. Así, los memes son replicantes que evolucionan para su propio beneficio pero que también hacen que los genes evolucionen a su vez. Un ejemplo común usado para describir la co-evolución de la genética y la cultura es el efecto del consumo de leche con respecto a la intolerancia a la lactosa.

Una cosa parecida podríamos decir del lenguaje, así como de la evolución de la música, los comportamientos religiosos y muchos otros aspectos de la naturaleza humana. Durante los últimos dos o tres millones de años, los memes han evolucionado compitiendo entre ellos, y los vencedores han marcado la dirección de la evolución biológica para crear cerebros que no solo eran más grandes sino tambien mejor adaptados a copiar los memes. En el caso del lenguaje, se empezó a copiar sonidos, y luego con el incremento cerebrarl la calidad de la copia fue mejor, y la variedad de sonidos pudo concretizarse en palabras, y de ellas, junto con una evolución biológica paralela, se pudo pasar a gramáticas y estructuras más complejas. Lo mismo puede ser dicho de la música, el arte o la religión.

5.3 Moral, libre albedrío y consciencia

Una crítica común hacia la memética es que compromete la autonomía humana y el poder creativo de la consciencia para crear moral y libre albedrío, y trata al ser humano como un repositorio de memes sin voluntad. Estas ideas vienen directamente respaldadas por la idea principal del darwinismo universal, en la cual se basa la memética, es decir, la idea de que todo diseño en el universo se crea a partir del algoritmo evolutivo y es movido exclusivamente por el replicante. Esto significa que la creatividad humana emerge de la capacidad humana de almacenar, variar y seleccionar memes, en vez de por alguna especial chispa creativa o por el poder de la consciencia. El ser humano puede ser en si mismo una construcción o derivación de la competición memética, cuya razón de ser sea la de proteger y propagar memes, incluyendo todos los memes que definen la esencia de una persona. En esta visión la persona no es una entidad que existe con libre albedrío y consciencia, sino que todo eso es una ilusión persistente. Esta visión memética de los seres humnos como una creación de la evolución de dos replicantes (el gen y el meme) puede ser desgarradora y descorazonada, pero tiene la ventaja de unir creatividad biológica y humana en una, y proveer nuevas maneras de entender la naturaleza humana, la consciencia y la moral.

6. Futuros (presentes) posibles: el tercer replicante

Vimos en el capítulo anterior la interesante idea de que el diseño de gran parte de nuestra esencia biológica que podemos identificar con lo que significa ser humano, como por ejemplo la capacidad de imitación, el lenguaje, el uso de herramientas, el arte, la música o la religión (y podemos añadir más, como la ciencia o las matemáticas), tiene que ver con los cambios inducidos por el meme en la genética para beneficio del primero. La razón de que nuestro cerebro parezca diseñado para albergar de manera biológica estos instintos culturales (como el de la música o el lenguaje) es precisamente porque lo está, y ese diseño lo ha hecho el efecto que la evolución memética tiene sobre la genética.

El cerebro humano fue la primera máquina de memes pero ahora otras, mucho más efectiva, han sido creadas. Los pequeños pasos iniciales hacia un incremento de la longevidad, la fecundidad y la fidelidad de los memes incluyó la invención de la escritura, la pintura, las carreteras, los teléfonos y los faxes. Todos estos desarrollos pueden ser vistos como memes co-evolucionando con su maquinaria de copia. Ahora el paso hacia un tercer replicante puede ser dado. Podemos verlo de este modo: los replicantes de primer nivel (genes) construyeron vehículos que los protegían y los propagaban. Uno de esos vehículos fue capaz de imitar y eso hizo posible el desarrollo del segundo nivel de replicante (memes). Asñí, el vehículo del nivel anterior se convirtió en la maquinaria de copia del segundo nivel. Un paso similar puede darse en la forma en la que los sistemas informáticos han empezado como vehículos para almacenar y manipular memes, y rápidamente están convirtiéndose en máquinas capaces de llevar a cabo copia, variación y selección de la información. Esto posibilitaría la introducción de un tercer replicante, el teme[26], que, como ya hizo el meme con su predecesor, podría afectar tanto el desarrollo del replicante segundo (el meme) como del primero (el gen). Dado que es un tercer replicante por derecho, y por tanto evoluciona de manera independiente a los otros dos, no podemos esperar, de la misma forma que no pasó con los genes, que los temes se muestren complacientes a los deseos de viejas máquinas de memes (humanos)

7. Bibliografía


Blackmore, S. (1999) The meme machine. Oxford University Press, Oxford.

Blackmore, S. (2008) On memes and temes. Conferencia TED febrero 2008. Recuperado de http://www.ted.com/talks/susan_blackmore_on_memes_and_temes.html

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[1] (Ruiz y Ayala, 2002) p. 83
[2] (Dawkins, 2006)
[3] Thomas Henry Huxley, un convencido defensor de la teoría de la evolución de Darwin, y amigo personal de este, es conocido como el rottweiler de Darwin por la vehemente exposición de la teoría de la que hacía gala en debates públicos cada vez que tenía ocasión.
[4] Podemos encontrar este singular resumen del libro de Darwin en la conferencia TED (Blackmore, 2008)
[5] (Fischer, 1930)
[6] Un gran paso que esclarece la función del mal llamado hasta ahora ADN basura ha aparecido gracias a las recentísimas publicaciones de más de 30 artículos científicos en las más prestigiosas revistas del mundo del proyecto internacional ENCODE. Más información sobre el proyecto y el alcance de los resultados en http://www.genome.gov/10005107
[7] (Dawkins 1976) p.192 y siguientes para profundizar más sobre el replicante
[8] (Dennett 1995) p. 21
[9] (Blackmore 1999) pp. 10-13 para una explicación detallada del Darwinismo Universal
[10] (Dawkins 1999) p. 83
[11](Dawkins 1999) p. 83, de los originales en inglés dead-end replicators y germ-like replicators. La traducción es mía.
[12] (Dawkins 1999) p. 84
[13] (Blackmore 1999) pp. 4-9 y 13-24 para una explicación más detallada sobre el meme como replicante.
[14] (Wilkings 1998)
[16] (Blackmore 1999) p. 17. Esto es lo que se conoce como la Regla de Campbell.
[17] (Wilkins 1998) Table 1
[18] (Blackmore 1999) pp. 53-66
[19] (Hallpike 2011) critica last tres razones en su artículo
[20] (Kronfeldner 2011) y  (Gatherer 1998) critican esto precisamente
[21] (Gatherer 1998) critica este aspecto
[22] (Churchland 2006)
[23] (Blackmore 1999) p. 57
[24] (Dennett 1998) Punto 2 del artículo
[25] (Blackmore 1999) pp. 67-203 y (Blackmore 2010) para más información sobre estos temas
[26] (Blackmore 2008) para el nacimiento del término teme.

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